El Alzheimer
Hace pocos días se celebró el Día Mundial del Alzheimer con el objetivo de concienciar a la población de la importancia que tiene detectar los primeros síntomas de la enfermedad y, sobre todo, de la necesidad de perder el miedo en darnos cuenta que algo nos está pasando en relación a nuestra memoria.
El Alzheimer es una enfermedad crónica que afecta el cerebro y que produce un deterioro progresivo de la memoria. Con el tiempo, la lesión se expande por todo el órgano y afecta otras funciones cognitivas como la alteración del lenguaje (por ejemplo se les hace difícil encontrar las palabras para expresarse y habitualmente utilizan “esto”, “aquello” y expresiones como “lo tengo en la punta de la lengua”), la pérdida de la habilidad de cálculo (el manejo del dinero se hace difícil), la desorientación en el espacio (se pueden perder en lugares frecuentes o conocidos), la desorientación en el tiempo (creer, por ejemplo, que viven en el año 1950), dificultades a la hora de vestir (no saber encontrar las mangas de la chaqueta, ponerse la ropa interior por encima del pantalón, vestirse con ropa inapropiada para la estación del año en la que nos encontramos…) entre otras afectaciones.
Para la investigación médica el Alzheimer es todo un desafío para avanzar en la búsqueda de una posible cura. Actualmente no se dispone de un tratamiento específico que radique la enfermedad pero sí existen terapias para mantener la calidad del cerebro y el bienestar de aquellos que están en contacto con la enfermedad.
Quién puede sufrir el Alzheimer y cuáles son sus síntomas?
Las probabilidades de sufrir Alzheimer aumentan entre las personas mayores de 65 años. De hecho esta enfermedad afecta el 10% de la población mayor de esa edad.
La mayoría empiezan a dar importancia a la pérdida de memoria pasado 2 o 3 años de los primeros síntomas y, sobre todo, cuando se dan cuenta que quizás tienen que pedir ayuda en un aspecto concreto que antes no necesitaban. Es con la pérdida de autonomía y con la conciencia de que “lo que podía hacer, ya no lo puedo hacer” cuando aparecen los miedos a la enfermedad.
Generalmente, los familiares y las personas más cercanas a los enfermos de Alzheimer son los primeros que se dan cuenta de las pérdidas de memoria, inicialmente imperceptibles pero que con el tiempo se convierten en más notorias.
Para diagnosticar la enfermedad en una etapa temprana es clave conocer cuáles son los síntomas del Alzheimer:
- Olvidar la información del día a día.
- No recordar el lugar donde se ha dejado un objeto concreto.
- Repetir las conversaciones constantemente porque no se recuerda que ya se ha explicado.
- No dar importancia a la higiene personal.
- Perder el interés en aficiones de uno mismo: leer, quedar con los amigos, hablar con los nietos…
La importancia de un diagnóstico precoz:
Cuando la gente se hace mayor pierde algunas funciones cognitivas que forman parte del envejecimiento.
Diferenciar una persona que padece Alzheimer de otra que simplemente tiene problemas de memoria porque se hace mayor, se puede conseguir a través de un diagnóstico precoz. El diagnóstico compara las habilidades del pasado con las del presente, y también, observa si la memoria rinde como debería rendir ante unas pruebas concretas.
Estas pruebas descartan o confirman la posibilidad de diagnosticar el Alzheimer.
Es por este motivo que al detectar un pequeño síntoma, no debemos tener miedo de acudir a un especialista. En Centre Neurona hablamos de las señales neuropsicológicas, cognitivas, emocionales y conductuales para realizar un buen diagnóstico. Paralelamente trabajamos la estimulación cognitiva para conseguir que la evolución de la enfermedad sea lo más lenta posible y ayudamos a aceptar el Alzheimer en el día a día.
Desde Centre Neurona trabajamos también, de manera individual o grupal, con las familias y cuidadores para orientar, educar y acompañar durante la evolución de la enfermedad.